Al
Edomex, toda la artillería de Estado
POR JESÚS CANTÚ.
CIUDAD DE MÉXICO
(Proceso).- Descarada y coordinadamente, las administraciones federal y estatal
llevan a cabo diversas acciones políticas en su afán de retener el gobierno del
Estado de México en las elecciones del próximo 4 de junio, entre ellas: visitas
de funcionarios federales de primer nivel (secretarios y subsecretarios),
siempre acompañados del gobernador o el titular de alguna de las carteras
estatales; la intensificación de los programas sociales del gobierno del
estado; el reparto de apoyos y tarjetas monedero y, desde luego, la promoción
en los medios de comunicación de “historias que cuentan”.
La
campaña se inició prácticamente en septiembre del año pasado e involucra a dos
dependencias federales y al DIF estatal. Rosario Robles, titular de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, registra desde finales
de agosto de 2016 –publicó el diario Reforma–, diez visitas a dicha entidad
para encabezar las llamadas “ferias de servicios”, en las cuales se distribuyen
diversos apoyos. Y el entonces flamante titular de la Secretaría de Desarrollo
Social, Luis Enrique Miranda, realizó giras de trabajo en la entidad el 9 y el
17 de noviembre para entregar despensas y vales electrónicos y anunciar la
apertura de lecherías, promover la afiliación al Programa Prospera y entregar
apoyos a beneficiarios del mismo.
El activismo de Miranda
llamó la atención de los legisladores y en su comparecencia ante las Comisiones
Unidas de Desarrollo Social y Fomento Cooperativo de la Cámara de Diputados,
debió prometer que ya no visitaría el Estado de México.
Sin embargo lo relevaron
los subsecretarios Eviel Pérez Magaña, de Desarrollo Social y Humano; y Javier
García Bejos, de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, que en los
primeros meses de este año han visitado repetidas ocasiones el Estado de México
para entregar apoyos o promover acciones y programas e incluso anunciar que se
instalarán ahí dos mil comedores comunitarios.
Al
mismo tiempo, Isis Ávila, hija del gobernador y presidenta honoraria del DIF
estatal, intensificó la realización de actos masivos donde, de acuerdo con la
información ya citada del diario capitalino, entrega “tarjetas La Efectiva, con
montos de 2 mil 750 a 3 mil pesos, a cambio de la copia de la credencial de
elector”. Siempre según ese medio, entre septiembre del año pasado y febrero de
este año, la hija del mandatario promedia ocho actos masivos al mes.
En
paralelo el gobierno federal centró los promocionales que se difunden en los
medios electrónicos en las obras y acciones que realiza o realizó en el Estado
de México; los mismos terminan con la frase “en el Estado de México hay
historias que cuentan” y, en algunos de ellos, incluso introducen algunos
elementos del lema de campaña y de gobierno de Eruviel Ávila. “pensar y hacer
en grande”, en boca de algunos de los personajes que participan en los mismos.
Tanto el presidente como
el gobernador saben lo relevante que es para ellos y su partido ganar las
elecciones en el Estado de México, pues un descalabro ahí prácticamente los
condenaría a perder la Presidencia de la República el próximo año; en el caso
de Eruviel Ávila, porque en automático se cancelaría su posibilidad de ser el
abanderado tricolor; en el del presidente, porque sin los recursos y estructura
que aporta el gobierno mexiquense, las probabilidades de que gane el PRI
tenderían a cero.
Por
ello no es sorprendente que utilicen todos los recursos a su alcance y
aprovechen hasta el último momento la propaganda gubernamental para impactar a
los votantes mexiquenses. Pero también hay que tener presente que esa entidad
es considerada laboratorio de la elección nacional, porque el perfil de su
población (edad, género, nivel socioeconómico, distribución rural-urbano, etc.)
es muy similar al de todo el país, por lo cual normalmente se utiliza este
proceso electoral para ensayar las estrategias y tácticas de campaña que se
pueden usar en la campaña presidencial.
Hace seis años, en la
elección de gobernador en julio de 2011, aparecieron los monederos electrónicos
como una forma de obtener el voto de los mexiquenses, mecanismo que se usó
también en la elección presidencial de 2012. Basta recordar el escándalo de las
tarjetas Monex, que fue descubierto antes de los comicios; y posteriormente las
tarjetas Soriana, cuando los mexiquenses se amontonaron en varias de las
tiendas de esa cadena comercial para comprar sus despensas con el dinero que
les habían depositado en las mismas. Lo novedoso de esa práctica de compra de votos
es que el recurso no se lo depositaban al votante hasta que éste demostraba que
había sufragado por el PRI, lo cual les permitía tener un control, que el
manejo del dinero en efectivo no les brindaba.
Hasta el momento todavía
no asoma una nueva práctica, pero lo orquestado e intenso de la operación, así
como la importancia del resultado electoral y lo útil de la experimentación en
campo de las nuevas prácticas de manipulación del voto, evidencian que tanto
los gobiernos (federal y estatal) como los partidos políticos que forman la
alianza que respalda al candidato tricolor utilizarán todos los recursos
(legales e ilegales) para ganar la contienda.
Por
lo pronto, es un hecho que la rigurosa vigilancia de la oposición sobre los
programas y acciones gubernamentales no es suficiente para inhibir su abierta y
descarada intervención en el proceso electoral.
La
nueva estructura electoral (administrativa y jurisdiccional) ya no permite las
viejas prácticas fraudulentas, pero todavía deja un margen de maniobra por la
vía de la compra y coacción del voto, que es a lo que han recurrido en los
últimos procesos electorales. Ciertamente es un margen muy estrecho, pero en
elecciones altamente competidas puede ser suficiente para definir al ganador.
Los
gobiernos federal y estatal están dispuestos a aprovecharlo al máximo, sin
importar que con ello pongan en riesgo la validez de la elección, por lo que
hay que estar muy atentos a este proceso electoral, especialmente porque de
acuerdo con las encuestas, el ganador todavía no está definido.
Fuente: REVISTA PROCESO 16
MARZO, 2017